Misa de Renovación del Compromiso Diaconal 2017

Publicado: April 1, 2017

Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la Iglesia de San Vicente de Paúl en Rogers el sábado, 1 de abril de 2017.


Obispo Taylor

Cada año tenemos una Misa especial para darme la oportunidad de agradecerles a ustedes diáconos y esposas por su fiel servicio durante todo el año — en sus parroquias y en otros apostolados a los cuales los he asignado.

Les agradezco personalmente y a nombre del pueblo al que sirven. Excepto que este año tenemos tres Misas como esta: en Rogers, en Little Rock y en Jonesboro.

La ventaja es que más diáconos y esposas podrán asistir, al igual que algunos miembros de la familia. La desventaja, por supuesto, es que al dividirlos en tres grupos perdemos la oportunidad de ver cuántos diáconos tenemos sirviendo aquí en Arkansas y qué bendición es el diaconado para nuestra diócesis en todo el estado.

Pero claro, además de darme la oportunidad para agradecerles, esta Misa también tiene el objetivo de darles a ustedes la oportunidad de renovar su compromiso como diáconos — algo así como lo que hacen los sacerdotes en la Misa Crismal, acercándolos nuevamente al llamado del Señor en su vida y su generosa respuesta a esta vocación.

Pero claro, además de darme la oportunidad para agradecerles, esta Misa también tiene el objetivo de darles a ustedes la oportunidad de renovar su compromiso como diáconos — algo así como lo que hacen los sacerdotes en la Misa Crismal, acercándolos nuevamente al llamado del Señor en su vida y su generosa respuesta a esta vocación.

Una respuesta que requirió emprender un viaje con el Señor, el cual cambiaría su vida, su matrimonio y su familia para siempre. Cuando respondemos a la invitación del Señor para compartir en su ministerio, nuestros corazones se llenan de un significado y un propósito nuevos.

Soñamos en el bien que podremos hacer y cómo nuestras vidas a su servicio pueden impactar de manera positiva las vidas de tantas personas. Y todo esto es verdad — ¡ustedes lo han vivido!

Sin embargo, el servicio diaconal fiel también requiere abrazar la cruz. De otra manera el amor que invierten en su ministerio no sería sacrificial. Estoy seguro de que muchos de ustedes pueden mencionar una lista de momentos en el ministerio cuando el compartir la cruz de Jesús fue algo muy real. Momentos cuando sus esfuerzos fueron malinterpretados, o incluso fueron causa de burla.

Momentos cuando predicaron una verdad que ocasionó enojo entre algunos en la congregación. Momentos cuando ustedes y su párroco no estuvieron de acuerdo. Momentos cuando tuvieron que manejar situaciones no tan gratas o tragedias en su propia familia, y necesitaron de la asistencia de otros mientras cargaban una cruz personal más que ministerial. Y claro, estas cruces pueden convertirse desalentadoras si perdemos de vista al Señor y su presencia justo al lado nuestro.

Así que quisiera tomar esta oportunidad para recordarles que Jesús a menudo obra más poderosamente a través de nosotros durante nuestros momentos de debilidad y durante nuestros momentos de prueba — ¡eso fue verdaderamente el caso en su vida!

Eso es el misterio de la cruz. Jesús no sólo dijo: “Sígueme”, él dijo: “Toma tu cruz y sígueme” … y al hacer esto es que compartimos en su victoria.

Y por lo tanto, al hacer esto es que nuestros esfuerzos producirán fruto permanente. Algunas veces frutos que nunca llegaremos a ver. Así como ustedes y yo debemos nuestra gratitud a aquellos que nos asistieron en ministerio antes, pero que nunca vivieron para ver en qué tipo de persona nos convertiríamos después.

Así que, les agradezco por su servicio. Ruego por ustedes especialmente cuando enfrentan desafíos en su ministerio y en su vida personal.

Y juntos elevamos nuestras oraciones por nuestros diáconos jubilados y esposas, y especialmente por aquellos que se adelantaron a su recompensa eterna. ¡Que Dios les conceda — y a ustedes — la recompensa por su bondad!