Sitio oficial de la Red de la
Diócesis Católica de Little Rock
Publicado: September 25, 2020
Clarificación del 29 de septiembre Protocolos de Seguridad del 26 de septiembre
El Obispo Taylor emitió una clarificación el 29 de septiembre, abordando preguntas recibidas tras su anuncio (a continuación) de que él está levantando la dispensa de la obligación de asistir a la Misa dominical (en persona) el 1º de octubre, 2020. Esto es algo adicional a su declaración del 26 de septiembre de que los protocolos de seguridad seguirían igual para proteger a las personas de la propagación del COVID-19 en la propiedad de la iglesia y en eventos parroquiales.
El Obispo Anthony B. Taylor dirigió la siguiente carta el 25 de septiembre, 2020, al pueblo de la Diócesis de Little Rock para anunciar que él está levantando la dispensa de la obligación de asistir a la Misa dominical (en persona) para todos aquellos que gozan de buena salud y que no están especialmente vulnerables o que estén cuidando de alguien que esté especialmente vulnerable a partir del 1º de octubre, 2020.
"La Eucaristía es la fuente y cima de la vida cristiana, y nuestra celebración comunal dominical de la Eucaristía es una parte central y no negociable de quiénes somos como católicos. Sin embargo, en vista de la amenaza creada por la pandemia COVID-19, a partir del 12 de marzo, 2020 dispensé a todos en la Diócesis de Little Rock temporalmente de la obligación de asistir a la Misa Dominical en persona, con la estipulación de que todos mantuvieran santo el Día del Señor en otras maneras, por ejemplo a través de la participación en la Misa transmitida por Internet, a través de la adoración eucarística u otro momento dedicado a la oración, por ejemplo un rosario familiar.
"Y luego a partir del fin de semana del 21-22 de marzo, en vista del peligro creciente y siguiendo las recomendaciones de nuestro gobernador, la celebración pública de la Misa fue suspendida en todo el estado de Arkansas, con la excepción de grupos pequeños independientes a discreción del sacerdote. Esto fue consistente con los pasos tomados en las diócesis en todo el mundo y duró por seis semanas.
" El 4 de mayo — una vez que tuvimos una idea más clara de los pasos a tomar para prevenir la propagación del coronavirus en la Misa — autoricé que se resumiera la celebración pública de la Misa de manera limitada con la estipulación de que todos los participantes deberían usar cubrebocas todo el tiempo mientras estuvieran en la Iglesia, que el espacio ocupado no sobrepasara el 25 por ciento del cupo, que se mantuviera una separación física de 6 pies entre familias e individuos, además de otros pasos para garantizar la seguridad de los participantes, incluyendo desinfectar las manos y las superficies, remover temporalmente los libros de cantos y la suspensión temporal del ministerio de coros y monaguillos.
"La reapertura progresiva de nuestras Iglesias continuó en el transcurso del verano y a partir del 15 de junio pudimos autorizar un 66 por ciento de cupo en las Iglesias donde fuese posible, manteniendo todavía el uso obligatorio de cubrebocas y el distanciamiento físico de 6 pies. Durante este tiempo la dispensa de la obligación de asistir a la Misa Dominical en persona continuó.
"Hoy me alegra anunciar que nuestros protocolos contra el COVID han surtido efecto en prevenir la propagación de la enfermedad en la Misa. No estamos enterados siquiera de ningún caso de transmisión vinculado a la participación en el culto en ninguna iglesia católica en Arkansas — de hecho, en ninguna otra iglesia católica en los Estados Unidos que observa estos protocolos.
"Por lo tanto, ahora estamos en una postura de levantar la dispensa de la obligación de asistir a la Misa Dominical en persona para todos aquellos que gozan de buena salud y que no están especialmente vulnerables o que estén cuidando de alguien que esté especialmente vulnerable — a partir del 1º de octubre, 2020.
"La celebración de la Eucaristía es el centro de nuestra relación con Jesús, cuyo cuerpo y sangre verdaderos, alma y divinidad recibimos en este sacramento — el mayor tesoro en nuestras vidas. Claro, si una persona se siente enferma, o ha estado expuesta a COVID-19 y está en cuarentena, o que de otra manera está especialmente vulnerable, por ejemplo debido a una enfermedad crónica o a la fragilidad de la tercera edad, ellos siguen dispensados — pero aún tienen la obligación de mantener santo el Día del Señor.
"En caso de que debido a los requisitos continuos de distanciamiento físico, la cantidad de personas buscando asistir a la Misa exceda el cupo de la Iglesia y llene los espacios extra proporcionados, a cualquier persona que se le pida marcharse habrá cumplido su obligación ante el Señor por el mero hecho de haber intentado ir a Misa, siempre y cuando ellos participen después en la Misa a través de la Internet, u observen alguna otra manera de mantener santo el Día del Señor, por ejemplo a través de un rosario familiar o momento dedicado a la adoración eucarística.
"Sinceramente en Cristo,
+Anthony B. Taylor
Obispo de Little Rock"