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El Catecismo de la Iglesia Católica cita la homilía de 1964 del Papa Pablo VI sobre la fiesta de la Sagrada Familia: “Que Nazaret nos enseñe el significado de la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable”. (Núm. 533)
Y el Sto. Papa Juan Pablo II se maravilló en el plan de Dios para la encarnación en su homilía del 31 de diciembre, 1978: “El nacimiento de Jesús en Belén introdujo a esta familia única y excepcional en la historia de la humanidad; en esta familia vino al mundo, creció y fue educado el Hijo de Dios, concebido y nacido de la Madre-Virgen, y encomendado al mismo tiempo, desde el principio, a los cuidados auténticamente paternales de José”.
Gretchen Filz con Catholic Company añadió a estas reflexiones: “Parte del misterio de la encarnación es el hecho de que Dios no solamente se encarnó, sino que él mismo se unió a una familia humana. Esto revela que Dios desea que sus creaturas humanas – portadores de su imagen – desempeñen papeles importantes en la historia redentora. ¡Raramente meditamos cuán increíble es esto!”
“Piensen en esto por un momento: la Santísima Trinidad confío a dos humanos el gran papel de criar a uno de sus ‘miembros’ (¡sorprendente!). El mundo entero no podría contener a Dios, sin embargo, él mismo se colocó en el vientre de una madre humana, la Santísima Virgen María. Dios creó seres angelicales con el poder de colapsar el universo, pero se dio a sí mismo un humilde padre humano como guardián y protector, San José”.
El Papa Francisco señaló cómo la sagrada familia nos da el ejemplo de cómo tratarnos unos a otros en la familia durante el Ángelus en la fiesta de la Sagrada Familia el 29 de diciembre, 2013.
“Hoy, nuestra mirada a la Sagrada Familia se deja atraer también por la sencillez de la vida que ella lleva en Nazaret. Es un ejemplo que hace mucho bien a nuestras familias, les ayuda a convertirse cada vez más en una comunidad de amor y de reconciliación, donde se experimenta la ternura, la ayuda mutua y el perdón recíproco. Recordemos las tres palabras clave para vivir en paz y alegría en la familia: permiso, gracias, perdón. Cuando en una familia no se es entrometido y se pide ‘permiso’, cuando en una familia no se es egoísta y se aprende a decir ‘gracias’, y cuando en una familia uno se da cuenta que hizo algo malo y sabe pedir ‘perdón’, en esa familia hay paz y hay alegría”.
“Invoquemos con fervor a María santísima, la Madre de Jesús y Madre nuestra, y a san José, su esposo. Pidámosle a ellos que iluminen, conforten y guíen a cada familia del mundo, para que puedan realizar con dignidad y serenidad la misión que Dios les ha confiado”, él dijo, concluyendo su charla antes de guiar la siguiente oración a continuación.
Esta oración para el Sínodo de la Familia fue ofrecida por el Papa Francisco durante el Ángelus en la fiesta de la Sagrada familia el 29 de diciembre, 2013.
"Jesús, María y José,
en ustedes contemplamos
el esplendor del amor verdadero,
a ustedes nos dirigimos con confianza.
Sagrada Familia de Nazaret,
haz que también nuestras familias
sean lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Sagrada Familia de Nazaret,
que nunca más en las familias se vivan experiencias
de violencia, cerrazón y división:
que todo el que haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.
Sagrada Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
pueda despertar en todos la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchen y atiendan nuestra súplica. Amén.