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Diócesis Católica de Little Rock
Publicado: December 14, 2023
"El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor”. — Isaías 61, 1-2
Estas son las primeras palabras de la primera lectura del tercer Domingo de Adviento, que se le conoce como el Domingo de Gaudete. “Gaudete” proviene del latín que significa “regocíjense”, que hace referencia a la primera palabra de la antífona de entrada. “Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense! Que la gentileza de ustedes sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca".
La palabra “adviento” proviene del latín “adventus” que significa venida. El Domingo de Gaudete, el celebrante viste con ornamentos de color rosa que significa alegría, que vamos a mitad del camino en la espera y que la Navidad está cerca.
La contraparte del Domingo de Gaudete en la Cuaresma es el Domingo de Laetare, otro momento de pausa en la penitencia para regocijarse en la esperanza mientras nos acercamos a la Pascua. Durante ambos días, el celebrante viste con ornamentos de color rosa.
El violeta es el color oficial del Adviento, porque este tiempo, como la Cuaresma, tiene un tono penitencial porque es un tiempo para ser absueltos del pecado y estar en estado de gracia para la Navidad, pero el “Domingo de Gaudete ofrece un breve respiro para enfocarnos en la inspiradora y alegre celebración de la navidad”, explicó el Padre Michael Van Sloun en Catholic Spirit (en inglés).
Si no ha recibido el sacramento de la reconciliación en algún tiempo, lo invitamos a dedicar un momento para usted mismo para reconciliarse con Dios en una parroquia cerca de usted. Ofrecemos un horario de confesiones en todo el estado. Visite esta lista para encontrar un tiempo que funcione para usted.
El Domingo de Gaudete nos recuerda que hay muchos motivos para estar alegres. “Hay alegría al esperar la celebración anual de la Navidad, pero también hay alegría al recordar el nacimiento de Jesús en la primera Navidad. La alegría aumenta porque él nació para salvarnos de nuestros pecados (Mateo 1, 21). La alegría también se extiende a la anticipación de la segunda venida, ya sea al final de la vida física o al final del mundo, el tiempo cuando a los creyentes se les otorgará la corona de la justicia (2ª Timoteo 4, 8) y un lugar en la casa del Padre (Juan 14, 2) para habitar con Dios y sus ángeles y santos por toda la eternidad”.