Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe 2024

Publicado: December 7, 2024

El Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía durante una Misa para la Virgen de Guadalupe en la Iglesia de San Eduardo en Little Rock el sábado, 7 de diciembre de 2024.


Obispo Taylor

Ninguna obra se realiza de forma aislada. Cada acto está preparado por acciones previas que hacen posible la obra en cuestión, y que a su vez hacen posible más obras. Y aunque nada se realiza de forma aislada, la obra misma es un acto libre, que a veces requiere valentía.

Los Evangelios nos dan a historia del sí de María a la voluntad de Dios para ser la madre del Salvador. La acción de María aquí se preparó a través del mensaje de los profetas y más recientemente a través de su propia Inmaculada Concepción y aun así, el sí de María fue un acto libre, que requirió mucha valentía.

Isabel reconoce esto cuando dice: “Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado por parte del Señor”.

Que el Señor profundice nuestra fe y compromiso, para que así como María y Juan Diego, nuestra fe también pueda dar frutos duraderos dignos del Señor.

Hoy celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Una de las características principales de la historia de las apariciones en el Tepeyac fue el sí de Juan Diego a la petición de María de llevar su mensaje al obispo de la Ciudad de México para que le construyera una Iglesia en el sitio de las apariciones.

Pero fíjense, esto no se realizó de forma aislada. Las acciones de Juan Diego se habían preparado a través de su conocimiento de otras apariciones de María y los antecedentes correspondientes en la mitología Azteca, y más recientemente a través de su propia conversión al catolicismo y su activa devoción a la fe.

Y como sabemos, cumplir con la petición de María puso en marcha una serie de actos que condujo a la conversión del pueblo de México a la cristiandad, que continúa alimentando nuestra fe hoy 450 años después. Sin embargo, debemos recordar que aunque hay cosas que prepararon a Juan Diego para este momento — entre ellas su experiencia personal del amor maternal de María en el Tepeyac, su aceptación del mensaje de María fue un acto libre, que requirió mucha valentía y perseverancia.

Y todas las historias sobre las rosas y la imagen milagrosa en su tilma nos recuerdan que la conversión de México fue posible no solamente por la intervención de María, sino también por la disposición de Juan Diego de hacer lo que ella le pidió.

Ustedes y yo tal vez no seamos receptores de visiones celestiales, pero lo que es cierto para María y Juan Diego es también cierto para nosotros. Dios tiene en su plan un lugar para cada uno de nosotros, cosas específicas que quiere que hagamos con nuestras vidas. Estas decisiones que tomamos nunca se realizan de forma aislada.

Se han preparado a través de nuestra historia familiar y a través de circunstancias específicas en nuestras vidas. Estas decisiones son decisivas para nosotros y ponen en marcha una serie de otros actos que tienen el efecto de crear nuestro futuro. El mañana de ustedes es creado por las decisiones que toman hoy.

No solamente su futuro; también el futuro de aquellos con quien está vinculada su vida — y de hecho, incluso el de las personas que aún no han nacido. Aunque muchas cosas nos preparan para las decisiones que debemos tomar, la decisión misma es nuestro propio acto libre. Y así como con María y Juan Diego, algunas decisiones — si son correctas — requerirán mucha valentía y perseverancia.

Esta fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe cae durante la temporada de Adviento, un tiempo cuando miramos dentro de nosotros mismos para discernir la voluntad de Dios en nuestras vidas y las decisiones que Dios quiere que tomemos. Oremos para que conozcamos y aceptemos la voluntad de Dios, su plan para nuestras vidas.

Y así como ellos, tomemos las decisiones correctas y tengamos la valentía y la perseverancia para superar cualquier obstáculo en el camino. Haciendo esto, las palabras del Evangelio también serán para nosotros: "Dichosos ustedes, que han creído, porque se cumplirá cuanto les fue anunciado por parte del Señor."

María creyó y se salvó el mundo. Juan Diego creyó y México se convirtió. Ustedes y yo creemos, y sin embargo en muchas maneras nuestras respuesta es débil. Que el Señor profundice nuestra fe y compromiso, para que así como María y Juan Diego, nuestra fe también pueda dar frutos duraderos dignos del Señor.