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Diócesis Católica de Little Rock
Publicado: December 12, 2018
Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la Iglesia de San Juan Bautista en Hot Springs el miércoles, 12 de diciembre, 2018.
Pienso que es muy apropiado que la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe siempre caiga durante el Adviento. El Adviento es un tiempo de oscuridad y espera. Oscuridad en la que pronto brillará la luz de nuestra salvación. Espera paciente. La palabra “paciente” incluye la idea de sufrir: algo no es lo que debería ser.
En México en 1531 las cosas no eran como deberían ser. México estaba sufriendo un tiempo de oscuridad, pero cuando la Santísima Madre se le apareció a Juan Diego, ella convirtió esto en un tiempo de esperanza. Oscuridad en la que ella trajo su amor maternal, oscuridad en la que a través de su intervención la luz salvadora de Jesús pronto brillará.
El pueblo estaba sufriendo en cada manera imaginable: explotación por parte de los conquistadores despiadados, aniquilados por las enfermedades contagiosas para las cuales no tenían resistencia natural, el colapso de su cultura y de su religión, la impotencia de sus dioses paganos. Nada era como debería ser.
Todos tenemos oscuridad en nuestras vidas. Las cosas que nos preocupan y las cosas malas que simplemente tenemos que soportar. Pero somos un pueblo de esperanza. Ese es el mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe y el mensaje de Adviento y sobre todo el mensaje de Navidad. En nuestras vidas también, la luz puede ser — y es — más fuerte que cualquier oscuridad que tengamos que enfrentar.
Hoy muchos de nosotros podemos identificarnos con los judíos en el tiempo de Jesús y con el sufrimiento de los mexicanos en 1531. Muchos inmigrantes indocumentados que vinieron aquí huyendo la oscuridad de la pobreza y de la violencia en sus países natales ahora se sienten muy inseguros y temerosos, debido a la retórica amenazadora y los sentimientos odiosos expresados por nuestro gobierno.
También nuestras leyes migratorias injustas y la deportación despiadada de mucha gente buena. Este también es un tiempo de oscuridad para los refugiados en todo el mundo que tienen que enfrentar fronteras cerradas y corazones fríos. Este es un tiempo oscuro para aquellos que están en prisión, especialmente para aquellos que saben que nunca saldrán.
Muchos de nosotros tenemos oscuridad en nuestras propias familias: drogas, pandillas, violencia doméstica, desempleo, enfermedades, etc. Hay mucho en el mundo de hoy que no es como debería ser. Y así como Juan el Bautista y como Nuestra Señora de Guadalupe, estoy aquí para proclamarles que la luz es más fuerte que la oscuridad y que el Señor puede intervenir en maneras inesperadas para darles esperanza en medio de su sufrimiento.
Después de todo, Jesús nos ha dado a una madre — su madre — quien continúa derramando sobre nosotros su amor maternal, apoyándonos especialmente en nuestros momentos más oscuros.
Por esa razón, quisiera guiarlos en el Cántico de Zacarías. Zacarías fue el padre de Juan el Bautista y él dijo estas palabras durante el momento en lo que llamaríamos el primer Adviento, sólo unos cuantos meses antes del nacimiento de Jesús. Su mensaje es muy similar al de Nuestra Señora de Guadalupe, y como tal es un mensaje que necesitamos escuchar hoy. Va así:
“Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo” — ¡nosotros necesitamos mucho esa misma redención hoy! “Suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo” — ¡ese Salvador es Jesús!
“Según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian” — ¡incluyendo la gente que nos odia hoy en día! “Ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza” — ¡encontramos esa misericordia en el amor de Jesús y en el amor de Nuestra Santísima Madre! ... y esta alianza es la Nueva Alianza de la gracia.
“Y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos” — ellos no prevalecerán — “le sirvamos con santidad y justicia” — libres del engaño de satanás quien trata de hacer que abandonemos nuestra fe católica—“con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días”—¡perdonando nuestros pecados, ayudándonos a crecer en santidad!
“Y a ti niño, te llamarán profeta del Altísimo” — debemos hablar de la esperanza de Dios verdaderamente y valientemente — “porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados” — ¡liberándonos también del poder de la oscuridad dentro de nosotros!
“Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto” — comenzando con el nacimiento de Jesús en Navidad — “para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte” — ¡esos somos nosotros! — “para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” — ¡la paz completa que Dios puede dar, y que sólo Dios puede dar!
Todos tenemos oscuridad en nuestras vidas. Las cosas que nos preocupan y las cosas malas que simplemente tenemos que soportar. Pero somos un pueblo de esperanza. Ese es el mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe y el mensaje de Adviento y sobre todo el mensaje de Navidad. En nuestras vidas también, la luz puede ser — y es — más fuerte que cualquier oscuridad que tengamos que enfrentar.